Cuando llegan las primeras nevadas, los centros de esquí comienzan a desempolvar sus equipos y a prepararse para recibir a sus miles de visitantes. En España existen más de 38 estaciones de esquí repartidas en 9 comunidades y que reciben cientos de miles de visitantes cada año.
Las zonas de esquí son sitios perfectos para toda la familia, son lugares ideales para compartir con los amigos y disfrutar de los deportes de invierno. Los centros de esquí españoles son famosos mundialmente y anualmente reciben turistas venidos de todas partes del mundo. Alpinistas, senderistas, esquiadores y amantes de los deportes invernales, se concentran en los centros de esquí para la práctica deportiva. Igualmente, se reúnen personas con poco o ningún entrenamiento físico con el fin de aprender el deporte o disfrutar de un día diferente en un entorno idílico.
Dentro de este grupo de personas se reúnen niños, adultos, adolescentes y adultos mayores en un abanico variopinto de condiciones físicas y de salud. Muchas personas desconocen la enorme demanda física que involucran los deportes invernales. Además de ser una actividad con un enorme desgaste muscular y cardiovascular, las condiciones en las zonas de esquí pueden ser adversas para algunas personas. El desplazamiento en la nieve, el frío intenso y la baja calidad del oxígeno en el aire, pueden ser ingredientes para eventos cardiovasculares.
Entre los visitantes a las zonas de esquí, pueden suceder paradas cardíacas por el sobreesfuerzo y la deficiencia respiratoria unida a condiciones de hipotermia. Asimismo, las caídas y accidentes en las pistas de esquí pueden desencadenar siniestros que requieran de la atención médica inmediata. Aunque los servicios de emergencia son altamente eficientes, es imprescindible contar con mecanismos de respuesta inmediata en las zonas de esquí.
Falta de oxígeno, altura y sobreesfuerzo: La receta para eventos cardíacos
Por lo general, se tiende a asociar a los deportes invernales como actividades pacíficas, divertidas y de ejercicio físico sano. Evidentemente, la práctica de la actividad física es una de las mejores maneras de alcanzar una vida sana y una buena salud, sin embargo, muchos de los asistentes a las zonas de esquí no cuentan con la preparación física requerida para una demanda orgánica tan importante. Tan sólo el desplazamiento en la nieve requiere de un esfuerzo físico importante que involucra a todos los músculos y una salud cardiorrespiratoria óptima.
Las temperaturas que rozan el punto de congelación, se unen a fuertes vientos y alturas que superan los varios miles de metros sobre el nivel del mar. En esta altitud la concentración de oxígeno en la atmósfera es mucho menor, con mayor dificultad para una oxigenación sanguínea idónea.
Algunas personas presentan el llamado mal agudo de montaña o soroche, un fenómeno que se presenta por la exposición a estas condiciones climáticas tan demandantes. En la mayoría de los casos, el malestar generado no pasa de un ligero dolor de cabeza, mareos y sensación de fatiga. Pero en personas con antecedentes o predisposición a enfermedades cardiovasculares, estas condiciones son el ingrediente perfecto para un evento cardíaco.
En los centros de esquí es imprescindible contar con los medios para atender este tipo de eventos hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia. En situaciones en las que la vida está en riesgo inminente, cada minuto se hace vital. Se ha determinado que la atención durante los primeros minutos de una parada cardíaca, marcan el destino de un paciente.
Transformar los centros de esquí en espacios cardioprotegidos
Contar con sistemas de reanimación y desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de una persona. Un sencillo pero vital equipo que puede reanimar a una persona hasta la llegada de los servicios de atención médica.
El DESA es un equipo que puede ser operado sin la necesidad de un complejo entrenamiento previo y con un sistema de funcionamiento asistido con sencillas instrucciones. Cualquier persona puede asistir a una víctima en parada cardiorrespiratoria mediante un equipo totalmente portátil, ligero y con indicaciones acústicas sencillas.
La transformación de las zonas de esquí en espacios cardioprotegidos puede salvar cientos de vidas en cada temporada invernal. El bajo precio de un desfibrilador, la fácil instalación y su funcionamiento sencillo permiten que en poco tiempo se pueda hacer esta transformación.
Sin importar el tamaño o volumen de ocupación de un centro de esquí, es importante crear un espacio cardioprotegido. Además, existen actualmente una enorme variedad de desfibriladores de las mejores marcas del mundo, con una asesoría técnica completa y adecuados a cualquier presupuesto.