Un desfibrilador es un dispositivo encargado de suministrar descargas eléctricas al corazón en caso que se produzca un paro cardíaco, así, la víctima, puede recuperar su función cardíaca.
¿Qué utilidad tiene un desfibrilador en una oficina?
Los primeros minutos después de que se produzca un paro cardíaco son esenciales, cada minuto que transcurre se traduce en un 10 % menos de probabilidades de sobrevivir. El punto negativo de nuestro país es que aún no está tan desarrollado como otros en lo que se refiere a cardioprotección laboral, es decir, a la implantación de estos equipos en los centros de trabajo.
El personal sanitario y el cuerpo de policía tienen desfibriladores externos automáticos, pero, ¿qué hacer si el paro cardíaco se produce en el centro de trabajo? Lo más normal es que haya que activar la cadena de supervivencia y esperar a que estos profesionales lleguen al lugar, perdiendo un tiempo valioso que puede repercutir en la recuperación de la víctima.
Ya sea en una fábrica, un supermercado o una oficina, es importante tomar consciencia sobre este apartado y tener un espacio cardioprotegido siempre a disposición de los usuarios, así como recibir una formación básica que incluya a todos los empleados de la empresa. ¿El objetivo? Que la víctima tenga las mayores posibilidades de salir con vida.
Si hay algo que caracteriza al paro cardíaco, es que llega sin avisar, por lo que no es de extrañar que pueda ocurrirte un día normal a ti o a un compañero de trabajo, pudiendo marcar el desfibrilador la diferencia entre la vida y la muerte. En los riesgos laborales es el empresario quien debe garantizar la seguridad de todos sus trabajadores mientras se encuentren en el transcurso de su jornada.
Por estos motivos, comprar desfibrilador es una de las opciones que cada vez más se llevan a cabo en nuestro país. Aunque aún estamos a años luz de otros como Estados Unidos, poco a poco vamos adquiriendo conciencia y dándonos cuenta de la gravedad que conlleva el paro cardíaco.
¿Por qué se recomienda instalarlo?
Aunque no es obligatoria su instalación, como hemos comentado anteriormente, siempre es importante contar con uno a mano. El simple hecho de tener un desfibrilador cerca proporciona tranquilidad a todos los trabajadores de la empresa, haciendo que desempeñen su función de la mejor forma posible.
Entre los motivos más importantes por los que se recomienda tener un desfibrilador instalado, se encuentran los siguientes:
- En el caso de que tengas antecedentes familiares de paros cardíacos o problemas de este tipo, es posible que la probabilidad de que puedas sufrir uno sea mayor.
- El estrés ocasionado por el entorno laboral puede aumentar el riesgo de paradas cardíacas. Se estima que un 2% ocurren en el ámbito de trabajo por lo que el disponer de un desfibrilador externo automático o semiautomático puede salvar más de 3.000 vidas al año.
- Son dispositivos con una resistencia y fiabilidad muy duradera y nunca sabrás cuándo podrán servirte de ayuda.
No se debe de olvidar que no solo es importante tener un desfibrilador siempre cerca, sino que debe contar con un mantenimiento adecuado para que, cuando vaya a ser utilizado, se encuentre en unas buenas condiciones de uso. Si es necesario, apunta dónde está instalado (y díselo a tus compañeros de trabajo) para que, en caso de que se necesite, se pueda utilizar en el menor tiempo posible.