Un desfibrilador es un dispositivo capaz de suministrar una descarga eléctrica para que el corazón vuelva a tener función cardíaca. Para ello, utiliza la pared torácica y, por medio de unos sensores, se analiza el ritmo cardíaco de la víctima.
Dependiendo del modelo y sus características, el precio puede variar, sin embargo, la media está situada entre 1.600 y 2.000 €, aunque existen modelos más baratos y caros.
El renting es la solución
El alquiler desfibrilador es una opción por la que cada vez más personas se sienten atraídas. Mediante este contrato, que tiene una duración determinada, se paga una cuota fija mensual, a cambio, tendrás a tu disposición un desfibrilador DESA (desfibrilador externo semiautomático) o desfibrilador DEA (desfibrilador externo automático) con todas sus funciones operativas, evitando así tener que realizar un gran desembolso inicial y sin preocuparse por su mantenimiento o gestión.
A la hora de crear un espacio cardioprotegido, el renting es la mejor de las opciones, ya que el paro cardíaco aparece sin avisar y nunca sabes cuándo un desfibrilador puede ser necesario para salvar la vida de un compañero y/o familiar.
¿Qué incluye el renting?
Este proceso incluye un desfibrilador homologado, con parches disponibles, baterías para cambiar en caso de ser necesario, mantenimiento para que siempre que se necesite pueda ser utilizado y los recambios necesarios, además del control de caducidades.
Por norma general, también tienen incluidos distintos cursos para que las personas que así lo quieran puedan aprender las nociones básicas que pueden llevarlos a salvar la vida de otras personas.
Tipos de renting
Al igual que en todo, dependiendo de las necesidades de quien quiera contratar estos servicios, se ofrecen distintos tipos de planes:
- Renting de desfibriladores: Por una pequeña cantidad de dinero, se pueden tener electrodos para niños y para adultos, comunicador, baterías y todo lo necesario para que la víctima pueda recobrar su función cardíaca.
- Espacios cardioprotegidos: Se paga una cuota mensual por la que se dispondrá de un espacio cardioprotegido, así como a todos los servicios necesarios para poder hacer un uso correcto del dispositivo.
Por norma general, estos contratos oscilan entre los 24 y los 60 meses, durante este periodo de tiempo, tu empresa, centro educativo, espacio público o espacio privado, podrá estar más tranquilo en caso de que ocurra un paro cardíaco, ya que dispondrá de todo lo necesario para realizar la reanimación por medio de los desfibriladores de última generación.