Primeros Auxilios: ¿Qué hacer ante un paro cardíaco?

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Cuando se produce un paro cardiorrespiratorio es porque el cuerpo humano ha perdido, de forma instantánea, su función cardíaca. Por este motivo, es normal que no se pueda respirar y no se tenga consciencia. ¿Por qué sucede? Debido a que el corazón ha sufrido una alteración eléctrica, afectando al bombeo e impidiendo que se siga bombeando sangre al resto del cuerpo.

¿Qué síntomas se presenta?

Los síntomas más comunes que representan al paro cardíaco son los siguientes:

  • Colapso instantáneo
  • No se tiene pulso
  • Imposibilidad de mantener la respiración normal
  • Se pierde el conocimiento

Existen otra serie de síntomas anteriores que pueden alertarte de que estás a punto de sufrir un paro cardíaco:

  • Sentirse débil
  • Cuesta mantener el aliento
  • Dolores fuerte en el pecho que se puede irradiar a los brazos, generalmente el izquierdo
  • Palpitaciones

Aun conociendo estos datos, lo más normal es que ocurra sin ningún aviso previo.

¿Cómo actuar en estos casos?

Según diferentes estudios, uno de cada cuatro paros cardíacos que han ocasionado la muerte, podrían haberse evitado. ¿Cómo? Mediante una serie de maniobras que cualquier ciudadano puede emplear.

El primer paso es evaluar la conciencia y, tras esto, ver, oir y sentir la respiración de la persona que ha sufrido el paro cardíaco, mientras se llama a los servicios de urgencia (112). En el caso de que no respire con normalidad, será necesaria la actuación de un desfibrilador. Mientras el equipo llega, se debe iniciar la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP):

  • Sitúa la parte posterior de la mano sobre el centro del pecho y coloca la otra mano encima de la primera.
  • Los brazos deben estar en todo momento rectos, de forma vertical sobre el pecho.
  • El esternón de la víctima debe comprimirse un máximo de 5 centímetros.
  • Debe utilizarse esta técnica siguiendo una frecuencia de entre 100 y 120 pulsos por minuto.

¿Cuáles son las ventajas de tener en esos casos un desfibrilador a mano?

El desfibrilador diagnostica y trata la parada cardíaca cuando ésta es debida a la fibrilación ventricular (en la que el corazón tiene actividad eléctrica pero sin actividad mecánica) o una taquicardia ventricular sin pulso (en la que hay actividad eléctrica pero el bombeo de sangre es ineficaz), restableciendo un ritmo cardíaco efectivo eléctrica y mecánicamente. Gracias a los impulsos de corriente que emite, el corazón puede seguir funcionando, recuperando su ritmo eléctrico normal y evitando la muerte súbita.

Por otro lado, la evidencia científica nos dice que, si la intervención con un desfibrilador se produce en el primer minuto, la probabilidad de recuperación del ritmo cardíaco es del 90%, reduciéndose cada minuto que pasa entre un 7% y un 10% las posibilidades de supervivencia.

Entre sus ventajas se encuentra:

  • Una mayor velocidad de operación.
  • Se puede estabilizar de forma rápida el ritmo cardíaco de la víctima.
  • Es muy fácil de utilizar.
  • En caso de que no sepas cómo utilizarlo, el propio equipo puede guiarte.
  • Como el ritmo cardíaco se monitoriza, ayuda a que el equipo médico pueda actuar de forma más precisa.

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