Sufrir una parada cardiorrespiratoria puede ocurrir en cualquier momento y circunstancia de nuestra vida. Incluso a cualquier edad. Sin embargo, en vuelos de largo recorrido, con más de 16 horas ininterrumpidas de viaje, las posibilidades aumentan. Mucho más si se sufre algún tipo de dolencia circulatoria o cardiaca. El avión se ha convertido en el transporte perfecto para recorrer largas distancias. Es así como un gran número de viajeros lo utilizan de forma habitual, ya sea para viajes de negocios o de placer. De este modo, el planeta se hace más cercano y accesible, pudiendo recorrer grandes distancias en periodos mínimos de tiempo. Pero ¿sabrías cómo resolver con prontitud y efectividad una parada cardiorrespiratoria durante un viaje en avión?
¿Qué es una parada cardiorrespiratoria y cómo solucionarla?
Las paradas cardiorrespiratorias se han convertido en un grave problema de salud mundial. Estas se agravan cuando suceden en espacios públicos extrahospitalarios, donde no existen medios humanos ni técnicos que puedan resolver la situación.
La PCR (parada cardiorrespiratoria) es producto de un desequilibrio en el ritmo del corazón. Este desajuste hace que se produzca una incapacidad para que la sangre bombee con normalidad y circule por el organismo. Los primeros minutos son vitales para restablecer ese ritmo y, de este modo, evitar un fatídico desenlace. La herramienta que ofrece la mejor solución es el desfibrilador. De ahí que los profesionales sanitarios insistan en la importancia de que deberían estar presentes en todos los lugares públicos o con gran afluencia de gente. Y el avión no puede ser una excepción.
Realizar una RCP en el avión es difícil hasta para un sanitario
Debido al limitado espacio del que se dispone en el avión, resulta extremadamente complicado realizar una RCP con éxito. Incluso aunque se cuente con la presencia de un profesional médico. Tampoco ayuda que la mayoría de empresas aéreas no cuentan con el material de primeros auxilios necesario para estos casos, como son los desfibriladores.
Está demostrado que el acceso a desfibriladores externos automáticos, DEA, está ayudando a salvar muchas vidas. Tanto es así que, desde mayo de 2021, la Unión Europea, dentro de sus recomendaciones sanitarias, contempló la de incluir desfibriladores en todos los aviones ya que eran lugares donde existía cierta predisposición al sufrimiento de accidentes cardiovasculares. Aunque el uso de estos desfibriladores es extremadamente sencillo, también se aconsejó formar al personal de vuelo para actuar debidamente en estas circunstancias. Pero ambas recomendaciones se quedaron solo en eso, sugerencias.
En la parte opuesta nos encontramos con las compañías aéreas estadounidenses que, desde 2004, están obligadas a contar con un DEA. Cualquier tipo de vehículo aéreo, que tenga al menos un asistente de vuelo, debe incluirlo.
Aumenta el compromiso de las compañías aéreas con los DEA
Las cifras de emergencias médicas durante un vuelo han llegado hasta las 17.000 en el periodo de un año. Siendo la parada cardíaca una de las más habituales. Es necesario reiterar que, por mucho que se realicen las maniobras de reanimación manuales, la descarga eléctrica es fundamental para activar de nuevo el ritmo vital. No en vano, acceder a un desfibrilador externo automático, evita el 65% de fallecimientos por muerte súbita, tanto en vuelos nacionales como internacionales.
Esto supondría un importante avance dentro de la protección de los pasajeros. Al botiquín de primeros auxilios que se exigen en cualquier aeronave, ahora se sumaría un nuevo elemento de vital importancia. Con la ventaja de que, en la actualidad, los DEA son muy sencillos de manejar, muy ligeros y ocupan el menor espacio. Además, la mayoría de empresas ofrecen un renting de desfibriladores con los que mantener los espacios cardioprotegidos, ya sean públicos o privados.
Protocolo recomendado ante una parada cardíaca en un avión
Según el ILCOR, International Liaison Committe on Resuscitation (Comité de Unificación Internacional en Resucitación) es recomendable seguir el siguiente protocolo:
- Preguntar por megafonía si se encuentra algún profesional médico en el avión.
- Intentar trasladar al paciente al lugar más amplio de la aeronave.
- En el caso de no poder hacerlo, hacer las maniobras de reanimación en el suelo del avión, situándose arrodillado entre las piernas.
- Otra opción es utilizar la técnica de RCP sobre la cabeza.
- Se podría abrir una vía aérea al paciente dependiendo del material sanitario con el que se cuente, y la experiencia o preparación del personal que lo esté atendiendo.
- Si existe cualquier posibilidad de recuperación total, se podría buscar una ruta alternativa para trasladar al enfermo al hospital más cercano. Es necesario que el responsable al mando haga una valoración de la situación. Si la recuperación es factible y, por lo tanto, el desvío de la ruta.
Con todo lo visto y comprobado, el desfibrilador es uno de los elementos esenciales para proteger la salud y seguridad de los ciudadanos, especialmente cuando viajan en avión. Desde FYA Medical, especialistas en equipos de reanimación, apostamos por más espacios cardioprotegidos ofreciendo las soluciones más eficaces y fiables para salvar muchas vidas.