Ventajas al disponer de un desfibrilador en centros educativos

Ventajas al disponer de un desfibrilador en centros educativos

Por desgracia, cada año se produce la muerte de niños en centros de enseñanza. ¿El motivo? El paro cardíaco. Una noticia catastrófica que ha influido en el cambio de mentalidad de la mayoría de personas. Para ello, adquieren un desfibrilador para centros educativos, con el objetivo de que, en el caso de que vuelva a ocurrir, se le pueda brindar asistencia a la víctima en el menor tiempo posible. A su vez, están creando un espacio cardioprotegido a disposición de todos los usuarios que lo necesiten.


¿Por qué un desfibrilador puede salvar la vida de un niño?

Cuando sucede la tan temida parada cardíaca, es importante que la víctima reciba asistencia lo antes posible. Los primeros minutos son cruciales y pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Según los expertos, cada minuto que pasa sin que se apliquen los conocimientos de emergencia necesarios, la esperanza de vida se reduce en un 10%. En diez minutos un niño joven y alegre puede decir adiós si no se tiene un desfibrilador a mano.

De media, en todo el mundo mueren 7.000 niños en centros educativos por no disponer de los medios necesarios para hacer frente al paro cardíaco, sin contar que también están los profesores, el personal de limpieza, conserje o los padres que pasan a las instalaciones.

Tan solo con la implantación del desfibrilador, podrían llegar a salvarse más de 40.000 vidas al año, debido a la facilidad de uso de estos dispositivos, y a que el espacio cardioprotegido estará a disposición de todas las víctimas que necesiten ser atendidas hasta que lleguen los servicios de emergencia.


Ventajas de los desfibriladores

Desfibriladores colegio

La evolución de las tecnologías ha llevado a que toda clase de dispositivos puedan actualizarse, incluidos los desfibriladores, que cuentan con las siguientes ventajas:

  • Es el propio desfibrilador quien se encarga de analizar el ritmo cardíaco de la víctima, indicando si es necesaria o no la aplicación de una descarga eléctrica.
  • Cualquier persona puede utilizarlo, aún sin haber realizado ningún curso sin o tener nociones básicas sobre ello. Basta con seguir las instrucciones de voz que lleva incorporadas.
  • Contiene electrodos adhesivos que hacen que sea más fácil su uso.
  • El ritmo cardíaco analizado estará a disposición del servicio médico cuando llegue.
  • La desfibrilación se hace de forma segura, evitando que la persona que la ejecuta pueda sufrir daños y/o lesiones.
  • En caso de ser necesario, se puede recibir ayuda telefónica de los servicios de emergencias para mayor seguridad.

¿Cuánto puede costarle a un centro Educativo un desfibrilador?

¿Cuánto puede costarle a un centro Educativo un desfibrilador?

El paro cardíaco aparece sin previo aviso, llevándose cada año la vida de miles de jóvenes en todo el mundo. Por ello, es importante que los centros educativos estén correctamente preparados para ofrecer soluciones en caso de que esto ocurra, pudiendo salvar la vida de la víctima gracias a un desfibrilador.


Opciones de renting para los centros educativos

El renting es una de las opciones más demandadas, pudiendo obtener, de manera rápida y cómoda, el equipamiento necesario durante el tiempo que más se adapte a tus necesidades. De este modo, se obtienen los derechos a la utilización de todos los servicios, incluidos el mantenimiento o la gestión entre otros, sin tener que hacer frente a un precio del desfibrilador excesivamente alto, que suele rondar entre los 1.600 y 2.800 euros.

Mediante este proceso, un centro educativo puede convertirse en un espacio cardioprotegido en un breve espacio de tiempo, pudiendo asistir así a todas las víctimas que sufran de un paro cardíaco, sean estudiantes, profesores o padres que acuden a informarse.


Un desfibrilador puede salvar a un niño

Aunque en la mayoría de casos los paros cardíacos afectan a personas de 30 años en adelante, eso no significa que un niño no pueda sufrirlo, y siempre sin un aviso previo que haga estar alerta por si sucede.

Cuando se habla de salvar vidas, nos referimos a una responsabilidad en la que todo el mundo debería poder ayudar. No hablamos de sustituir a los servicios de emergencias, pero sí a tener un mínimo de nociones y conocimientos básicos que ayuden a que la víctima pueda seguir adelante, realizando una vida normal.

Hasta que los servicios de urgencias llegan a la zona del suceso, transcurren unos pocos minutos cruciales que son de vital importancia para la víctima. Tener un desfibrilador en un centro educativo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.


Cómo se utiliza un desfibrilador en un niño

El cuerpo de un niño no soporta las descargas eléctricas igual que el de un adulto. Es necesario seguir una serie de pasos para utilizar el desfibrilador en un niño:

  1. Activar la cadena de supervivencia.
  2. Comprobar si tiene pulso.
  3. En caso de que no tenga, es necesario realizar la reanimación cardiopulmonar (RCP) mientras otra persona consigue un desfibrilador.
  4. Con el dispositivo en tus manos (pediátrico o con modulador de energía), descubre el pecho de la víctima y coloca los parches igual que está indicado en el dibujo: el primero en el hombro derecho, por debajo de la clavícula. El segundo, a unos 10 centímetros por debajo de la axila izquierda.
  5. Sigue las instrucciones de voz del desfibrilador y aplica el choque cuando se indique.
  6. Una vez suministrada la descarga eléctrica, vuelve a realizar la RCP hasta que lleguen los servicios de emergencia.

Disponer de un desfibrilador DESA en un centro educativo podría salvar vidas

DESA en un centro educativo

Un DESA (desfibrilador externo semiautomático) es un dispositivo muy fácil de utilizar. Su función consiste en analizar el ritmo cardíaco y preparar una descarga eléctrica en caso de ser necesario, para que la víctima pueda recuperar su función cardíaca y salvar la vida. Gracias a su facilidad de uso, cualquier persona puede utilizarlo con tan solo unas pocas sesiones de formación.


¿Cómo funciona?

Los paros cardíacos llegan sin avisar, haciendo que el corazón deje de realizar su función. El trabajo de un desfibrilador consiste en proporcionar descargas eléctricas controladas con el objetivo de que el ritmo cardíaco vuelva a restablecerse.

¿Cómo sabe el desfibrilador si es necesario suministrar la descarga? Mediante unos sensores que lleva incorporado es posible analizar el ritmo cardíaco que la víctima tiene y, basándose en el resultado, ajusta la potencia de la descarga y avisa si debe ser suministrada o no.


La cadena de supervivencia

Para iniciar la cadena de supervivencia se deben seguir los siguientes pasos:

  1. Analizar si la persona está consciente y respira, en caso de que no sea así, llamar a los servicios de urgencias (112) y comenzar con la reanimación cardiopulmonar, también conocida con las siglas RCP, mientras nos hacemos con un desfibrilador, a un ritmo de 30 compresiones y 2 ventilaciones.
  2. Una vez a mano el desfibrilador, se deben colocar los parches y seguir las instrucciones de voz que tiene incorporadas.
  3. Espera a que los servicios de urgencia lleguen a la zona del suceso.

En caso de que tengas acceso a un desfibrilador y la víctima haya sufrido un paro cardíaco, se debe hacer lo siguiente:

  1. Poner en marcha el desfibrilador.
  2. Dentro del dispositivo hay un esquema en el que viene indicado en qué posición deben ir situados los parches: uno en el lado izquierdo del pecho, a no más de 5 centímetros por debajo de la axila y el otro debajo de la clavícula derecha. Algunos desfibriladores más modernos llevan incluidos un kit de afeitado de urgencia, esto es debido a que los parches deben situarse directamente sobre la piel, no en el bello, ya que podría hacer que no esté bien sujeto.
  3. El propio sistema del dispositivo será el encargado de analizar el ritmo cardíaco (no se debe tocar a la víctima mientras esto sucede, ya que podría variar el diagnóstico) y de avisar en caso de que sea necesaria una descarga, lo único que tienes que hacer es apretar el botón indicado en caso de disponer de un DESA.

¿Puede un desfibrilador salvar vidas en un centro educativo?

Está claro que el que siempre exista un desfibrilador cerca, puede salvar una gran cantidad de vidas. Los accidentes vasculares llegan sin avisar, por lo que nunca sabes cuándo te puede suceder. Diferentes expertos en primeros auxilios han determinado que, saber utilizar un DESA, debe de ser enseñado en la escuela, ya que no es necesaria más de 2 o 3 sesiones para poder salvar una vida.

¿Por qué enseñarlo en la escuela? Porque cuanto más joven eres, más fácil resulta aprender cosas nuevas. Por otro lado, cuando un niño aprende sobre este tema, lo más normal es que se lo comente a sus padres y amigos, lo que hace que el interés aumente y se esté más preparado en caso de que sea necesario salvar a una víctima que ha sufrido de parada cardiorrespiratoria.

Hasta el día de hoy son muy pocos los centros educativos que tienen a su disposición un desfibrilador externo semiautomático, aunque también es cierto que esta cifra va en aumento con cada día que pasa.


La importancia de la concienciación

Por norma general, no son frecuentes las paradas cardíacas en estudiantes de esta edad, pero sí es cierto que la estadística dice que uno de cada 100.000 lo sufrirá, sin contar con que también están los profesores, conserjes, personal de limpieza e incluso los padres que pasan por el centro educativo.

Si por desgracia se produjera una parada cardíaca, las probabilidades de sobrevivir si se tiene un desfibrilador cerca aumentan drásticamente, de lo contrario, se tendría que llamar a los servicios de urgencia, esperar a que lleguen a la zona del suceso y rezar por que alguien sepa cómo realizar una reanimación cardiopulmonar mientras se espera. Cada minuto que pasa es un 10 % menos de probabilidad de salir con vida.

Este es un claro motivo por el que los centros educativos necesitan estar preparados para ello, incluyendo un aprendizaje básico, reanimación cardiopulmonar y saber utilizar un desfibrilador externo semiautomático. Hay que recordar que los DESA están diseñados para que sea fácil utilizarlos y para que lo hagan personas que no son profesionales en el sector de la sanidad.